miércoles, 16 de marzo de 2016

EL TRUCO DEL MAGO PARTIDO

Hace muchos años, cuando era apenas era un niño, presencie una función de magia donde una asistente era introducida a una gran caja de madera y era serruchada en dos partes. Esa primera experiencia me resultó muy impresionante. Con el tiempo tuve la oportunidad de ver ese truco muchas veces (con cientos  de variaciones más o menos extravagantes, tanto en fiestas, como en programas de televisión y funciones de caridad).

Un buen día -un sábado para ser exactos - prendí la televisión y me encontré con el tradicional truco de la persona partida en dos. Sin embargo esta puesta en escena era muy diferente, el mago ayudado por otro mago intentan explicar la trampa en la ilusión. Cabe destacar que el aparato en este montaje era mucho más grande, con una enorme sierra circular que impresionaba por su tamaño -casi de la altura del mismo mago, mas o menos 1.80 mts.- Ya colocado en posición, uno de los magos esperaba ser dividido en dos y luego unido por el arte de su compañero. El que dirige la mascarada, explica cual es el truco y devela que hay un perno, que impide que la monumental sierra llegue a siquiera rasguñar a su compañero. En un momento de confusión, el mago separa el perno salvador y la sierra cae sobre el otro mago partiéndolo en dos, con estruendoso ruido y con una explosión de sangre que salpica al distraído y obviamente "matando" al tendido en la máquina infernal.

Al final el "Distraído" hace mutis de manera cómica y deja al otro tendido escurrido en sangre y partido en dos por una sierra enorme... Me impresione de nuevo.

Este ejemplo del mago y el cuerpo partido en dos es ilustrativo para poder resolver lo que sucede con el caso de la diputada plurinominal Carmen Salinas. Me explico:

Al igual que el truco de magia, los medios -tanto la televisión, como periódicos- ya habían hecho escarnio de diputados plurinominales que, según dichos de reporteros y conductores, no trabajaban, eran de dudosa procedencia o que no tenían la preparación suficiente para ser legisladores.

Regresando un poco al truco. Muchos de estas puestas en escena presentaban el mismo ataúd, la misma asistente con el mismo mago cortándola a la mitad, la magia ya sólo impresionaba a los infantes y sólo el mago "partidor" hacia escarnio del cuerpo dividido. El truco ya estaba muy visto. En el caso de los diputados plurinominales, los agoreros de la bondad impoluta gritaban desfalleciéndose por el esfuerzo: "¡nadie voto por ellos, partámoslos a la mitad!

Al igual que la ilusión, la repetición constante en los periódicos, la televisión y las redes sociales, harían que tanta insidia fuera sospechosa y que, sobre todo, esta fuera exclusivamente dirigida a los diputados plirinominales de la oposición. Los nuevos magos, entendieron la lección: Si quieres impresionar a tu público tienes que partir en dos a tu propio mago con una escenificación monstruosa y sangrienta y, al final, desaparecer de manera humorística diciendo: ¡Chin nos equivocamos, tenían razón debemos desaparecer y partir en dos a TODOS  los plurinominales,(incluidos los nuestros), es lo justo!

La historia de los magos es de final predecible, dos semanas después se presentan juntos en una función en las Vegas, el truco, aunque es sabido por todos, vuelve a triunfar. En la historia de los plurinominales el final no es tan obvio, al único que le conviene desaparecer a dichos representantes es al PRI. Al final habrán sacrificado -partido en dos-, a su propio compañero mago-plurinominal, pero triunfaran haciendo una patente de corzo del truco.

También puede suceder que todos esos que se desgañitaban diciendo que no votaras, son los mismos paleros que gritan ahora ¡fuera plurinominales!,  sin que varios caigan en la cuenta de que la falta de participación les otorgó el poder a personajes de la naturaleza de la sra. Salinas. El otro argumento que dice que nadie votó por ellos, se convierte en falacia cuando la maga indiciada es parte de la fracción mayoritaria de la cámara, es decir si hubo (y para bien o para mal) muchos que votaron por el PRI y pues bueno ahí esta las consecuencias.

A manera de conclusión:
Si todos aquellos que piden a través de las redes sociales que retiren del cargo a la Diputada hubieran votado por otra opción para compensar el ejercicio del poder, la historia sería distinta.  En la democracia escoges al mago, si no lo haces tú, lo hará cualquier otro y muy probablemente no te guste el acto cuando una artista de carpa pretenda partir a tu mascota en dos.... metáforas forzadas supongo.

lunes, 20 de julio de 2009

DE COMO LOS TIGRES DEL NORTE DAN CLASES DE LITERATURA II

AQUÍ LES TRAIGO UNA NOTICIA

Después de la Revolución y con una paz social, mas o menos estable, Los temas tratados por los corridos se fueron llenando de actividades cotidianas, que pasan por el amor y la traición de la pareja hasta actividades en que la aventura arriesgada de los personajes los pone al límite de la legalidad y a veces francamente muy lejos de ella. Para ciertas comunidades interpretativas estas actividades eran, y son, validas. Los personajes representaban parte sus valores, sentimientos y actividades respecto al Estado y las actividades ilícitas, por eso las estrategias de decodificación para entender el corrido pasaban por el horizonte cultural de quienes lo creaban y quienes lo consumían.
El gran desarrollo de este genero con temáticas distintas a las revolucionarias o amorosas se da en la década de los ochentas, pero ¿Cuándo surge el narcocorrido? Pregunta difícil de contestar, las primeras huellas de este subgénero se encuentran perdidas en el tiempo, al parecer, para algunos, el primer antecedente conocido es "La cucaracha"[1], que en uno de sus versos hace alusión a la adicción del insecto por la marihuana: “…la cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar por que le falta porque no tiene marihuana que fumar”.
El gran apogeo del narcocorrido parece ser el excelente fenómeno de ventas que supuso Contrabando y Traición de Los tigres del norte en 1973 editado por Fonovisa, aunque algunos lo sitúan más recientemente en la década de los años noventa[2], de donde procede otro corrido que daría forma a La reina del sur de Pérez-Reverte: "Pacas de a Kilo", incluido en el disco La garra de los tigres del norte ( Fonovisa, 1993), las otras influencias evidentes son los corridos "La banda del carro rojo" y "Ya encontraron a Camelia" (Fonovisa, 1975) este último personaje que al parecer empezará a dar forma a las heroínas del tráfico de drogas que culminarían con Sandra Ávila Beltrán, verdadero nombre de La reina del Pacifico, (verdadero apodo de La Reina del Sur…¡uf!).


Dos mujeres, entre criminales más buscados
Tiene Procuraduría federal la mayor lista de delincuentes fugitivos en su historia
Francisco Gómez
El Universal
Lunes 20 de diciembre de 2004

La Procuraduría General de la República (PGR) incrementó a 184 los nombres de los narcotraficantes, secuestradores, asaltabancos y sicarios más buscados en todo México, entre ellos dos mujeres: Sandra Ávila La Reina del Pacífico , y Alma González Bath, acusada de varios asesinatos.
[3]

Como se puede ver el camino trazado por las heroínas del narcocorrido ya estaba muy avanzado para la aparición de la primera edición de La reina del Sur. Hagamos historia: en 2002, en las investigaciones encaminadas a dar con el narcotraficante conocido como "El Tigre” es ubicada por fin físicamente a Sandra Ávila Beltrán quien por cierto nació en 1960.[4]
Arturo Pérez-Reverte, lanza en el año 2002, la novela La reina del sur, inspirado en los corridos de Los tigres del norte y en su amistad con otro escritor de la frontera Elmer Mendoza; de manera reciproca los Tigres del norte hacen un corrido sobre la protagonista de dicha novela: Teresa Mendoza.


La narcotraficante Sandra Ávila fue capturada el 28 de septiembre de 2007, a la edad de 45 años al salir de una estética en Polanco[5] (coqueta si era la mujer, eso que no quepa la menor duda). CONTINUARÁ...

[1] Op. Cit. Tinajero, p. 12
[2] Nomïe Massard “El narcocorrido mexicano: una expresión de una sociedad en crisis” en La siega numero 2, Chile, 2005 Version digital en
[3] El universal, version digital, <http://historico.eluniversal.com.mx/buscar2.html>
[4]Vanguardia,Coahuila, 6 de octubre 2007, “Historia de La Reina del Pacífico", salpicada de fantasía y realidad”, versión digital,
[5] La Jornada, México, 29 de septiembre de 2007, “Caen La reina del Pacífico y El Tigre, importantes capos del narcotráfico”, versión digital, http://www.jornada.unam.mx

viernes, 17 de julio de 2009

DE COMO LOS TIGRES DEL NORTE DAN CLASES DE LITERATURA

LA REINA DEL SUR, UN ACERCAMIENTO A LA
RECEPCIÓN DE LOS CORRIDOS EN OTROS MEDIOS
(O DE COMO LOS TIGRES DEL NORTE DAN CLASES DE LITERATURA)



Si el delincuente sólo existe al desplazarse,
si tiene como especificidad vivir no al margen sino en
los intersticios de los códigos que desbarata y desplaza,
si se caracteriza por el privilegio del recorrido sobre el estado,
el relato es delincuente.

Michel de Certau
La invención de lo cotidiano


INTRODUCCIÓN
Los productos culturales como la literatura, habían sido desde hace un tiempo, baluartes de cierto grupo que se interesaba por tener una escala de valoraciones en el que los productores (autores) se encontraran en la posibilidad de ser los estandartes de una generación o de menos de una corriente de pensamiento. Con la llegada de los medios masivos, la cultura escrita — y en especifico la literatura — se convirtió en una sofisticación de minorías que avaladas por un grupo regularmente académico, sometía a juicio las otras formas de expresión y en algunos casos las tomaban de referencia para sus misma producción (como la autobiografía o la novela histórica por citar dos ejemplos), pero no se había atrevido a hacer uso descarado de medios más antiguos y permanentes que se siguen utilizando y que son de mucho más arraigo en sectores más amplios de la población: los corridos. Sin entrar en polémicas ni en desarrollos académicos muy detallados (me llevaría todo el ensayo en desarrollar el tema) señalaré que los corridos entran en categoría de lírica popular y que se encuentran, según los expertos, muy emparentados a los romances tradicionales y que cuentan con una tradición de siglos, siendo en México el periodo de la guerra civil revolucionaria de 1910, el gran momento de apogeo de dicho medio de comunicación, y por que no, de artefacto o producto cultural si se le quiere ver así.
La ventaja de los corridos con respecto a la literatura consiste en que el horizonte del receptor, le permite hacer más entrañable a los personajes de dichos productos; de forma casi empírica el consumidor de corridos sabe que lo que se le plantea es la hazaña de un personaje real, que soluciona o desfallece en una meta de manera real y que dicha historia es lo suficientemente buena para ser cantada y reproducida de una persona a otra y otra. Los grandes corridos de la revolución carecen de autor formal, porque los valores que se van aglutinando alrededor de las historias, son producto de todos los que lo aprendieron y lo reprodujeron variándolo o adecuándolo a su personal percepción. Pero cuando este tipo de medio es usurpado (por llamarlo de alguna forma) por el medio académico por excelencia como lo es la literatura, la recepción empieza a tomar distintos caminos que resultan interesantes de estudiar.
En este ensayo que sólo pretende ser un acercamiento, se analizará el tema de una novela extraída de la estructura de un corrido — La reina del sur - y luego llevada al medio original (y si se puede la hacemos película ¡como no!) de tal suerte que pretenderé hacer notar las características más notorias del fenómeno, sin dejar de lado las repercusiones en las comunidades que lo interpretan, desde su germen como corrido hasta su aprehensión como hecho posiblemente real y novelado y su identificación como persona en el personaje. YO LE VOY A DECIR LO QUE USTED ESTA PENSANDO
Desde sus orígenes el corrido tiene objetivos específicos, según la clasificación de Rubén Tinajero Medina,[1] estos son: narrar, testificar y dar fe de hechos de una realidad inmediata dentro de un contexto histórico y social determinado y ser vehículo de comunicación y divulgación de ellos. Para Tinajero, este medio permite cohesionar relaciones interpersonales, permite aglutinar a las personas en torno al cantante en turno, permitía el fortalecimiento de la identidad y la permanencia a un grupo social y militar determinado y ya encarrilados contribuía a consolidar principios de disciplina y autoridad. Dichos objetivos parecen cuadrar muy bien en los que persigue cierto tipo de historia muy al estilo Michael de Certau; para Monica Moronna y Rosario Sánchez Vilela[2] los medios y sus textos se definen como ámbitos donde se instituye el sentido, entendiéndose como instancia productiva de la significación y no solo de mera reproducción, es decir originar mecanismos de divulgación de lo cotidiano que se vuelve representativo para cierto grupo. En este sentido y en sentido contrario a lo propuesto por Tinajero considero que es justo el camino al revés: no es el autor del corrido el que aglutina, sino el corrido quien aglutina a la comunidad alrededor de él (incluido el cantante).
Siguiendo a Stanley Fish,[3] el grupo será quien asigne esos valores de interpretación al artefacto y le permiten reproducirlo ad infinutum (¿o ad nauseam?). En el caso específico del corrido, para que los demás que están fuera de esa comunidad interpretativa, puedan ser participes de lo que creen, piensan, sienten y se anexen a ellos tratando de hacer más grande dicha comunidad, tratarán de hacerlo de la manera más rápida y efectiva que es a través de la oralidad. Afectivamente están reproduciendo en el corrido el ejemplo exacto de cómo esa comunidad determina su sentido de verdad con respecto a lo que se dice en el texto.
Conjuntando las posturas podemos concluir que los corridos cumplen con las siguientes características: a) Ser un vehículo de información al que se le puede denominar formalmente un medio de comunicación, b) Su forma determina significación en si misma, es decir su estructura tiene significado per se, al igual que su ejecución y su contenido, c) dicho significado es proporcionado por una comunidad especifica, buscará reproducirlo sustentando los valores que esa misma comunidad advierte y legitima en dicho producto.
Ahora bien, siguiendo a Iser[4] estas consideraciones pasan también por una serie de puntos de indeterminación que dicho consumidor llenara a partir de su experiencia de mundo, esos puntos en el corrido están muy al alcance de la mano, considerando que parte de una comunidad relativamente cerrada y homogénea, que sabe del caso que se narra en el corrido, el texto apelará a una experiencia que en el corrido es ,por decirlo de alguna manera, cosa de todos los días pero que aún así sigue sorprendiendo, porque la comunidad le brinda esas condiciones de verdad y de posibilidad. CONTINUARÁ...

[1] “Reflexiones Introductorias” en El narcocorrido ¿Tradición o mercado?, pp. 9-12
[2] “La puesta en relato de lo cotidiano” en Relecturas de Michel de Certau, p. 94
[3] “La literatura en el lector: estilística afectiva” en Textos de teorías y crítica literarias. Del Formalismo a los estudios poscoloniales, pp. 405-439
[4] “La estructura apelativa de los textos”, En busca del texto. Teoría de la recepción literaria, pp. 99-119

ANTES DE TODOS ¡RIGO TOVAR!

"Rigo es amor", rezaba una conocida frase de los ochentas, cuando el fenómeno de los conciertos masivos no alcanzaba a los consagrados y que la mirada de los grupos norteamericanos ni siquera se posaba en nuestro país.

A diferencia de lo que ahora sucede, (cualquier escuinclillo con guitarrita puede juntar mas personas que el diputado electo de tú distrito, por ejemplo) en los setentas y principio de los ochentas, los verdaderos ídolos multitudinarios, estaban lejos de la dionisiaca figura de los Back Street Boys y ni que decir de Justin Timberlake (¿se escribe así?), vamos ni siquiera de los Menudo. Rigo se encargaría de dejarle a la posteridad la capacidad de juntar en un solo lugar a a más de cuatrocientas mil personas de un solo trancazo en Monterrey -o por lo menos eso es lo que dice Elizabeth Hernández, El Universal, Martes 29 de marzo de 2005 -. A lo que voy es a los siguiente: antes del fenómeno "Rigo Tovar", era muy (de veras muuuuy) difícil que alguien llenara con tanta gente un concierto y de la venta de discos ni se diga, la era de la piratería solo alcanzaba a los cassettes, cuando alguien vendía un millón de copias de sus discos, se referían al disco de vinil. Obviamente ahora esa cantidad sería fácilmente duplicada por las copias en mp3 y las descargas de la red.


¿Porque fue Rigo Tovar y no otro (por ejemplo José José ya se había convertido en un éxito de ventas) el pionero de la fanaticada masiva? la respuesta me parece complicada pero vayamos a un acercamiento.


Nacido en Matamoros - su Matamoros querido, al que nunca pudo olvidar-, Rigoberto Tovar García, logró juntar algo que para la época era inconcebible: los instrumentos electrónicos a la música de cumbia. Lo interesante es que Rigo, era un producto de sí mismo, a diferencia de la mercadotecnia que explotó posteriormente la imagen de los cantantes, Rigo supo explotar lo que mejor le salía: ser él mismo y por consiguiente, el proceso de identificación de un amplio sector de la población que veía en Rigo Tovar la posibilidad de triunfar y de muy buena manera a pesar de salir de un lugar feo, pobre y, digámoslo sin tapujos, de no ser nadita agraciado físicamente.


El proceso de identificación, esa construcción de identidad a partir de Rigo Tovar, sobrepaso lo que muchos mercadólogos y asesores de imagen pudieran aspirar hasta en sus más guajiros sueños, porque sin una sola gota de promoción, maquillaje ni publirrelacionistas, Tovar logro lo que ningún rock star, había logrado, conciertos con llenos totales y peligrosamente multitudinarios.


Al final del día llegarían cantantes con más talento, más producción, más belleza, con mucha gente detrás pero con menos gente adelante como Rigo, sería bueno recordarle eso a todos los que se creen consagrados cuando llenan el Auditorio Nacional, que no quieren que nadie les vea ni les toque siquiera con el pétalo de una rosa. Quedará para la historia Rigo Tovar, la decadencia de tan singular personaje es otra cosa, de mientras, como dice el compadre, sólo tengo que agregar:



¡PERDONAME MI AMOR POR SER TAN GUAPO!

martes, 30 de diciembre de 2008

Dibujos animados ¿cosas de niños?

Aún recuerdo que en mi infancia algo que podía mantenerme quieto, eran las caricaturas (a la fecha mi madre casi tiene que brincarme en el cráneo si quiere que le haga caso mientras veo las fantasías animadas de Warner), también la recuerdo diciéndome – ya en la secundaria- que esas eran cosas de niño. Ahora en mi condición de adulto contemporáneo – suena a ñor atrapado en los 80’s – ella ha perdido las esperanzas y sabe que si hay caricaturas en la tele y son de mi agrado la guerra esta perdida.
Esa constante crítica de que las caricaturas o dibujos animados, para ser más propios, eran para niños o para lerdos me llevó a investigar años después la veracidad de tan duras palabras. Empecé por ver de nueva cuenta los capítulos de mis caricaturas favoritas de la infancia. Debo de confesar que me lleve algunas desilusiones, como el redescubrir Scooby Doo, que de niño me llamaba la atención y no dejaba de ver. Con la luz del tiempo los encuentro ahora medio bobos, sin mucho chiste. Digo te puedes creer que un perro hable, pero que cuatro adolescentes que viajan solos sin sus padres no tengan relaciones entre ellos, la verdad si me resulta imposible de creer (¡por lo menos un besito carajo!).
Caso contrario sucede con Don Gato, los chistes son mucho más elaborados de lo que se cree y creo que algunos ni siquiera son para niños (recuerdo una escena donde Don Gato haciéndose pasar por Cucho esta con una gatita llamada Mimosa tras unos arbustos, cuando son descubiertos por el galán de ella, éste pregunta indignado que esta pasando y Don Gato con toda la mala leche de la que es capaz le dice: “estamos jugando al eso me gusta, eso me das” simplemente grandioso).
Ni que decir de las interminables series japonesas Remi no le pide nada a una obra de Krzysztof Kieslowski (quienes no hayan visto una, recomiendo No amarás a mi me gusto) triste, triste, triste; y bueno Candy Candy ya es otro rollo y si no lo creen pregunten a cualquier chica entre los 25 y 30 que piensa de Anthony y anexas.
Hasta aquí todo bien, pero cuando lo que se supone es creación “para niños” se usa para otros fines, el matiz es serio y hasta preocupante. Pondré de ejemplo dos casos que me parecen aleccionadores (se pueden encontrar muchos más): El pato Donald y Speedy González.
Muchos coinciden con que la primera aparición de Donald fue en la animación La gallinita sabia, el 9 de junio de 1934. Lo que realmente lo lanza a la fama mundial además de ser contraparte del ñoño Mickey Mouse, es el corto de guerra Der Fuehrer's Face que ganó un Oscar en el año 1943. En el cartel del corto aparece el pato arrojando un jitomate al rostro de Hitler. Lo que llama la atención es como paulatinamente el pato fue arrastrado a la guerra dibujado en aviones, carros de asalto, parches bordados y como mascota de no pocos pelotones. Al finalizar la conflagración el perfil del Donald empieza a decaer, se le empieza a acentuar un aura de neurótico (que ya la tenía, por eso me cae bien) y deja el pedestal de héroe y patriota que se le había asignado con los cortos de guerra que siguieron a Der Fuehrer’s…pero además empieza su carrera de abusador e irresponsable con sus sobrinos, que tiene celos patológicos (¡vaya juego de palabras!) del Triunfador de Mickey (un ciudadano modelo que no peleó la guerra… ¿esta de pensarse no?), un mal ciudadano (recuerdo un corto en el que sale con las ardillas Chip y Dale arrojando basura a diestra y siniestra y cosas por el estilo). Y que conste que no estoy metiéndome con las teorías sociológicas de Ariel Dorfman y Armand Mattelart, en un famoso libro que se llama Para Leer al Pato Donald, por que el asunto se pone más complicado.
Speedy González por su parte es un héroe algo raro. Es lanzado a la fama por un corto que ganó un Premio Oscar en 1955 y que se llamó simplemente Speedy González. A partir de ahí y en adelante su vida a sido asediada por el gato Silvestre y un tiempo por el Pato Lucas (nunca entendí por que el cambio).
Además de galantear con Rosita y de tener canciones en la radio, su existencia pasaba de salvar al ratón Lento Pérez a cantar en un mariachi; nada fuera de lo común en la vida cotidiana de un paisano en cualquier pueblo de México o por lo menos del sur de Estados Unidos. En 1999, surge una polémica sobre la conducta representada en la caricatura, según algunos ejecutivos de Cartoon Network, poseedora de los derechos del ratón, presentaba una mala imagen de la comunidad hispana y en especial de la mexicana, ya que los amigos de Speedy eran borrachos, flojos o gordos por decir lo menos.
Es así como deciden sacar del aire al ratón. La reacción de algunas comunidades de mexicanos en Estados Unidos no se hizo esperar y exigieron la retransmisión de las caricaturas. Sospechosamente ese ratón de malas costumbres y de imagen desagradable para la comunidad hispana, siempre le gana al gato o al pato en turno a los cuales en más de una ocasión llama gringos tontos.
En más de una ocasión también se uso al ratón por la comunidad mexicana residente en Estados Unidos como símbolo de resistencia y de identidad. También ha sido usado como mascota del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. En el año 2002, es vuelto a transmitir por la cadena de dibujos animados, sospechosamente a la par de la aparición de unos cortos de alrededor de dos minutos que presentan la historia secreta de los personajes de caricaturas. En estos segmentos se muestra a Speedy como actor de poca monta y que debido a una diarrea por frijoles y picante corre mucho, su fama va a pique paulatinamente al no poder hacer personajes "serios", pero al final es salvado por su mentor quien le ha enseñado todo lo que sabe: el correcaminos (el mismo que persigue Willy E. Coyote) ¿Paranoia de complot gringo contra nuestra identidad nacional? Pues igual si, pero resulta digno de analizarse, por que las cosas no se quedaron tal cual, sin la aclaración de que el ratoncito latino se lo debe todo a un pájaro de dudosa procedencia.

¿Cosas de niños? No lo creo.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Y SE ABRIÓ LA PUERTA...

Eran las nueve cuarenta y cinco de la noche de una jornada especialmente pesada, Esther estaba fastidiada. Habían faltado dos de los tres compañeros que integraban su equipo y ese sótano que era su oficina se convertía en una prisión sofocante al final del día.

Pero eso no era lo molesto.

Ni siquiera el hecho de que estas oficinas no tenían ventanas, algo así como una caja de zapatos, cerrada, oscura, claustrofóbica.

No, no era eso lo molesto.

Otras veces que había tenido que quedarse más de lo acostumbrado y en esa caja se oía un escalofriante rechinido de una de las puertas de la parte superior.

Sin quererlo, siempre le ganaba el tiempo y siempre tenía que soportar el bendito ruidito ese, la gran diferencia en ese momento era que se encontraba sola y su angustia no podía ser repartida.

En esta ocasión el sonido no provenía de la parte superior como de costumbre, sino casi a sus espaldas, al otro lado del estrecho pasillo. Con cierto miedo disfrazado de enojo se asomó al pasillo, notó que la puerta de enfrente alcanzaba a cerrarse. Extraño - se dijo - no había caído en la cuenta que esa puerta nunca la había visto abierta.

Solo ideas tuyas - se trató de convencer a sí misma - pero le quedo una profunda sensación de desamparo.

Siguió apagando sus aparatos, acción rutinaria y fastidiosa que en ese momento se convirtió en un seguro mental para no seguir pensando en la puerta.... Y sin embargo lo hacía ¿Qué podría haber detrás? Muebles, cosas, material.

Y volvió a sonar...

Esta vez en un acto reflejo, dio rápidamente las dos zancadas que le separaban del pasillo y alcanzó a ver la mano que cerraba la ruidosa puerta. Era delgada desagradablemente huesuda y con manchas, como de avanzada edad, con unas uñas perfectamente pulidas, pero sí notablemente largas.

La imagen la incomodó de sobre manera y decidió cerrar la oficina inmediatamente y buscar después los pretextos para disculpar el descuido de dejar prendidos los aparatos. De una cosa estaba segura, no apagaría la luz.

Tomó su morral y el libro que traía de la biblioteca de la escuela, las llaves de la oficina, salió al pasillo y con desesperación trató de destrabar la chapa, había jurado que la iba a reportar al día siguiente, ahora sólo tenía en mente escapar del rechinido de la puerta y de esa mano de largas uñas.

Por fin logró cerrar, un acto que le pareció eterno y que en realidad no le había llevado más de veinte segundos. Ahora lo más difícil: pasar frente a la puerta. Respiró profundo, apretó el paso, no más de cinco le separaban de las escaleras que se convertían ahora en un instrumento de salvación.

Sintió un gran alivio mientras subía las escaleras y que daban a la planta baja, respiró más tranquila -debo verme ridícula - pensó. Sonrió con cierta complicidad para sí. Se encaminó a la puerta de salida, ahí se encontraba la reconfortante presencia del personal de resguardo.

- ¿No se le olvida nada señorita? - preguntó uno de ellos.

Una cubetada de agua fría cayó sobre su espalda, había olvidado las llaves de su coche. Titubeo en regresar.

- Trate de apresurarse - dijo el otro guardia - están haciendo trabajos de limpieza y puede llegar a molestarle el líquido de fumigación.

De repente todo tuvo sentido, le dieron ganas de tirarse al suelo y morirse a carcajadas, realmente se visualizó en esta situación exageradamente graciosa.

- Gracias - contestó y regresó sobre sus pasos. Con una actitud más tranquila, volvió abajo, paso frente a la puerta terrorífica, no pudo aguantarse la sonrisa, se sintió enternecedoramente ridícula. Abrió su oficina, las llaves del auto la saludaron desde un monitor encendido. Decidió apagar todo lo que estaba pendiente, dio una última revisada. Todo bien.

Oyó de nuevo el rechinido y el golpe que indicaba que se había cerrado. Ya no se inmutó cerró con más tranquilidad, caminó por el corredor, pasó por el antes temido lugar y alcanzó a escuchar un siseo en el interior, las máquinas para fumigar supuso.

Y la puerta se abrió...

Esther no alcanzó a voltear completamente bajo el hechizo del sonido de las bisagras. Las manos de largas uñas la tomaron por el cuello y la introdujeron al cuarto nunca visto. Mientras, lo último que alcanzó a percibir antes de caer en la acogedora inconsciencia, fue que el extraño siseo, no era otra cosa que el sonido que hacía el aire al pasar a través de la lengua bífida del dueño de esas manos manchadas, mismo que se completaba con su respiración y el chocar, a su vez, con dos grandes colmillos.

Y la puerta no se abrió más.

viernes, 28 de noviembre de 2008

CONTRASTES, BENDITOS ASQUEROSOS CONTRASTES

Caminaba en el pasillo del anden pensando en lo repleto que se encontraba a esa hora de la tarde el transporte subterráneo (como a las dos y media de la tarde, minutos más, minutos menos) y también pensaba en la desdichada travesía que me esperaba recorrer desde la segunda estación hasta casi el final de esa línea. Realmente me sentía sofocado y muy tenso, espere con la espera que tienen los que aún creen en la raza humana (¡malditos optimistas de mierda!) que el siguiente tren no estuviera vomitando personas. Curiosamente mi deseo se vio cumplido; el vagón se encontraba casi vacío y con un poco de suerte podría sentarme.

A estas alturas del partido, ya me importaba un soberano pepino que me vieran feo los demás pasajeros por no darle mi lugar a la ancianita en turno o a cualquier otra persona que se encuentre en la categoría de vulnerable. A recientes fechas me parecía que la gente se volvía un especie de juez que lo calificaba todo, la acción, la omisión y hasta el pensamiento. Justo dos días antes invite a sentarse en mi lugar a una chica que cargaba una enorme bolsa color café imitación Luis Vuiton y vestía un brilloso traje sastre con enormes tacones, se notaba cansada sobe sus delgadas piernas y triste tras sus grandes anteojos color verdoso como botellas de frasco antiguo. Nació en mi espalda, repentinamente, una enorme joroba que se inflaba cada vez más por las culpas y remordimientos pacientemente recogidos por varios años en la familia y en la escuela: "un caballerito siempre cede su lugar a las damas, he, cuidadito hacerte el loco, he " y para que dicha joroba ya no me empezara a quitar la respiración opte por sonreir a la chica (poco agraciada si es necesario dejar más en claro, y más bien tirando a feita) y decirle amablemente que tomara mi lugar. No hizo falta más nada para cubrir su desabrido rostro de cólera e ira dirigida hacia mi a través de sus ojos, solo atinó a decir indignad: "no gracias, no lo necesito, ya voy a bajar". Pero la cuestión no paro ahí. Los demás pasajeros a una sol voz y en espesa coreografía, mirábanme con reproche ¿porqué me atrevía, yo miserable humano, masculino singular, a hablarle a la decente chica trabajadora? De alguna manera que no logré - y no logro -resolver me había convertido en un acosador de metro. Dos estaciones adelante y mucha gente más, me permitieron ver a un viejo de unos 70 años que con las uñas pintadas de amarillo nicotina y largas como perro de taller mecánico, pellizcaba a la misma feita del asiento. Feita y Anciano no dijeron nada, Feita solo atinó a apretar las diluidas nalguitas y el anciano a clavar con más voracidad las uñas caninas ... y nadie dijo nada, ni vio feo, ni reprochó un carajo.

Ante esa experiencia, decidí no volver a dejar crecer la joroba y a la menor provocación de dicho furúnculo supercrecido de hacerme sentir mal, poncharlo de manera abrupta con el alfiler del sueño.

Si me hago el dormido y a veces lo logro de verdad.

Después de sentarme opte por utilizar la técnica antes descrita, me aplaste cual ancho soy en el asiento individual y cerré los ojos.

Empezó primero lejos y conforme pasaban los segundos que separan una estación de otra un sonido, que al principio no tenia mucha coherencia y que conforme pasaba el tiempo, se acercaba dándome pistas de que era, La primavera de las Cuatro estaciones de Vivaldi, no pude aguantar un pequeña sonrisa escondida tras la mano derecha que sostenía toda mi cara para no hacerme caer de bruces sí es que lograba vencerme de verdad el sueño. Un poco asombrado levante un poco la mirada, me pareció que el vagón había perdido mucha de la gente que había subido conmigo, el vendedor de discos se acercaba hacia donde estaba sentado y Vivaldi seguía deleitando con su primavera. Fue entonces que levante la cara y lo vi. Era un hombre muy alto de tez morena y ojos cerrados y huecos, con una gran mochila a la espalda ofreciendo su disco, se detuvo casi frente a mi donde se encontraba la última de las puertas de ese vagón, al parecer nadie compró su mercancía, dobló su bastón de ciego y se recargo en uno de los tubos verticales. Grito una última vez "Le vengo ofreciendo las grandes obras para la relajación, le contiene los exitos para relajarse".

Me pareció un poco obsceno el título "obras para relajarse", me sentí molesto; el ciego volteó hacia mi como si hubiera escuchado el sonido de mi enojo y gritó : ¿Te parece muy malo, te parece muy incorrecto? ¿tú no sabes lo que es tener comezón verdad? y se empezó a rascar las cuencas de los ojos cubiertas solo por la piel de los párpado con tal fuerza que se arrancaba a jirones las pestañas y parte de los pómulos; sus ojos, o donde deberían estarlo, eran ahora una masa de pestañas, párpados machacados y sangre. Dejó la salvedad de su esquina y dejando caer el bastón doblado se acercaba a mi con las manos estiradas y los dedos llenos de sangre, piel y mugre, con la intención de encontrar mis ojos y emular el drástico rasquido que el mismo se habia realizado mientras gritaba ¿te parece muy molesta mi comezón?

Fue cuando desperté, un ciego se encontraba entre mucha gente que abarrotaba el vagón y sonaba Vivaldi, me levanté como movido por un mecanismo de expulsión y saque diez pesos de manera automática de mis bolsillos, le pagué uno de sus discos, me agradeció y salí en cuanto tuve la oportunidad en la siguiente estación.

Ahora tengo un mal presentimiento, porque le he tomado mucha afición a Vivaldi, pero tengo una incesante comezón en el pecho, justo donde se encuentra el corazón. ¿será a caso que tenga que rascarme hasta arrancarlo?