viernes, 17 de julio de 2009

DE COMO LOS TIGRES DEL NORTE DAN CLASES DE LITERATURA

LA REINA DEL SUR, UN ACERCAMIENTO A LA
RECEPCIÓN DE LOS CORRIDOS EN OTROS MEDIOS
(O DE COMO LOS TIGRES DEL NORTE DAN CLASES DE LITERATURA)



Si el delincuente sólo existe al desplazarse,
si tiene como especificidad vivir no al margen sino en
los intersticios de los códigos que desbarata y desplaza,
si se caracteriza por el privilegio del recorrido sobre el estado,
el relato es delincuente.

Michel de Certau
La invención de lo cotidiano


INTRODUCCIÓN
Los productos culturales como la literatura, habían sido desde hace un tiempo, baluartes de cierto grupo que se interesaba por tener una escala de valoraciones en el que los productores (autores) se encontraran en la posibilidad de ser los estandartes de una generación o de menos de una corriente de pensamiento. Con la llegada de los medios masivos, la cultura escrita — y en especifico la literatura — se convirtió en una sofisticación de minorías que avaladas por un grupo regularmente académico, sometía a juicio las otras formas de expresión y en algunos casos las tomaban de referencia para sus misma producción (como la autobiografía o la novela histórica por citar dos ejemplos), pero no se había atrevido a hacer uso descarado de medios más antiguos y permanentes que se siguen utilizando y que son de mucho más arraigo en sectores más amplios de la población: los corridos. Sin entrar en polémicas ni en desarrollos académicos muy detallados (me llevaría todo el ensayo en desarrollar el tema) señalaré que los corridos entran en categoría de lírica popular y que se encuentran, según los expertos, muy emparentados a los romances tradicionales y que cuentan con una tradición de siglos, siendo en México el periodo de la guerra civil revolucionaria de 1910, el gran momento de apogeo de dicho medio de comunicación, y por que no, de artefacto o producto cultural si se le quiere ver así.
La ventaja de los corridos con respecto a la literatura consiste en que el horizonte del receptor, le permite hacer más entrañable a los personajes de dichos productos; de forma casi empírica el consumidor de corridos sabe que lo que se le plantea es la hazaña de un personaje real, que soluciona o desfallece en una meta de manera real y que dicha historia es lo suficientemente buena para ser cantada y reproducida de una persona a otra y otra. Los grandes corridos de la revolución carecen de autor formal, porque los valores que se van aglutinando alrededor de las historias, son producto de todos los que lo aprendieron y lo reprodujeron variándolo o adecuándolo a su personal percepción. Pero cuando este tipo de medio es usurpado (por llamarlo de alguna forma) por el medio académico por excelencia como lo es la literatura, la recepción empieza a tomar distintos caminos que resultan interesantes de estudiar.
En este ensayo que sólo pretende ser un acercamiento, se analizará el tema de una novela extraída de la estructura de un corrido — La reina del sur - y luego llevada al medio original (y si se puede la hacemos película ¡como no!) de tal suerte que pretenderé hacer notar las características más notorias del fenómeno, sin dejar de lado las repercusiones en las comunidades que lo interpretan, desde su germen como corrido hasta su aprehensión como hecho posiblemente real y novelado y su identificación como persona en el personaje. YO LE VOY A DECIR LO QUE USTED ESTA PENSANDO
Desde sus orígenes el corrido tiene objetivos específicos, según la clasificación de Rubén Tinajero Medina,[1] estos son: narrar, testificar y dar fe de hechos de una realidad inmediata dentro de un contexto histórico y social determinado y ser vehículo de comunicación y divulgación de ellos. Para Tinajero, este medio permite cohesionar relaciones interpersonales, permite aglutinar a las personas en torno al cantante en turno, permitía el fortalecimiento de la identidad y la permanencia a un grupo social y militar determinado y ya encarrilados contribuía a consolidar principios de disciplina y autoridad. Dichos objetivos parecen cuadrar muy bien en los que persigue cierto tipo de historia muy al estilo Michael de Certau; para Monica Moronna y Rosario Sánchez Vilela[2] los medios y sus textos se definen como ámbitos donde se instituye el sentido, entendiéndose como instancia productiva de la significación y no solo de mera reproducción, es decir originar mecanismos de divulgación de lo cotidiano que se vuelve representativo para cierto grupo. En este sentido y en sentido contrario a lo propuesto por Tinajero considero que es justo el camino al revés: no es el autor del corrido el que aglutina, sino el corrido quien aglutina a la comunidad alrededor de él (incluido el cantante).
Siguiendo a Stanley Fish,[3] el grupo será quien asigne esos valores de interpretación al artefacto y le permiten reproducirlo ad infinutum (¿o ad nauseam?). En el caso específico del corrido, para que los demás que están fuera de esa comunidad interpretativa, puedan ser participes de lo que creen, piensan, sienten y se anexen a ellos tratando de hacer más grande dicha comunidad, tratarán de hacerlo de la manera más rápida y efectiva que es a través de la oralidad. Afectivamente están reproduciendo en el corrido el ejemplo exacto de cómo esa comunidad determina su sentido de verdad con respecto a lo que se dice en el texto.
Conjuntando las posturas podemos concluir que los corridos cumplen con las siguientes características: a) Ser un vehículo de información al que se le puede denominar formalmente un medio de comunicación, b) Su forma determina significación en si misma, es decir su estructura tiene significado per se, al igual que su ejecución y su contenido, c) dicho significado es proporcionado por una comunidad especifica, buscará reproducirlo sustentando los valores que esa misma comunidad advierte y legitima en dicho producto.
Ahora bien, siguiendo a Iser[4] estas consideraciones pasan también por una serie de puntos de indeterminación que dicho consumidor llenara a partir de su experiencia de mundo, esos puntos en el corrido están muy al alcance de la mano, considerando que parte de una comunidad relativamente cerrada y homogénea, que sabe del caso que se narra en el corrido, el texto apelará a una experiencia que en el corrido es ,por decirlo de alguna manera, cosa de todos los días pero que aún así sigue sorprendiendo, porque la comunidad le brinda esas condiciones de verdad y de posibilidad. CONTINUARÁ...

[1] “Reflexiones Introductorias” en El narcocorrido ¿Tradición o mercado?, pp. 9-12
[2] “La puesta en relato de lo cotidiano” en Relecturas de Michel de Certau, p. 94
[3] “La literatura en el lector: estilística afectiva” en Textos de teorías y crítica literarias. Del Formalismo a los estudios poscoloniales, pp. 405-439
[4] “La estructura apelativa de los textos”, En busca del texto. Teoría de la recepción literaria, pp. 99-119

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