"Rigo es amor", rezaba una conocida frase de los ochentas, cuando el fenómeno de los conciertos masivos no alcanzaba a los consagrados y que la mirada de los grupos norteamericanos ni siquera se posaba en nuestro país.
A diferencia de lo que ahora sucede, (cualquier escuinclillo con guitarrita puede juntar mas personas que el diputado electo de tú distrito, por ejemplo) en los setentas y principio de los ochentas, los verdaderos ídolos multitudinarios, estaban lejos de la dionisiaca figura de los Back Street Boys y ni que decir de Justin Timberlake (¿se escribe así?), vamos ni siquiera de los Menudo. Rigo se encargaría de dejarle a la posteridad la capacidad de juntar en un solo lugar a a más de cuatrocientas mil personas de un solo trancazo en Monterrey -o por lo menos eso es lo que dice Elizabeth Hernández, El Universal, Martes 29 de marzo de 2005 -. A lo que voy es a los siguiente: antes del fenómeno "Rigo Tovar", era muy (de veras muuuuy) difícil que alguien llenara con tanta gente un concierto y de la venta de discos ni se diga, la era de la piratería solo alcanzaba a los cassettes, cuando alguien vendía un millón de copias de sus discos, se referían al disco de vinil. Obviamente ahora esa cantidad sería fácilmente duplicada por las copias en mp3 y las descargas de la red.
¿Porque fue Rigo Tovar y no otro (por ejemplo José José ya se había convertido en un éxito de ventas) el pionero de la fanaticada masiva? la respuesta me parece complicada pero vayamos a un acercamiento.
Nacido en Matamoros - su Matamoros querido, al que nunca pudo olvidar-, Rigoberto Tovar García, logró juntar algo que para la época era inconcebible: los instrumentos electrónicos a la música de cumbia. Lo interesante es que Rigo, era un producto de sí mismo, a diferencia de la mercadotecnia que explotó posteriormente la imagen de los cantantes, Rigo supo explotar lo que mejor le salía: ser él mismo y por consiguiente, el proceso de identificación de un amplio sector de la población que veía en Rigo Tovar la posibilidad de triunfar y de muy buena manera a pesar de salir de un lugar feo, pobre y, digámoslo sin tapujos, de no ser nadita agraciado físicamente.
El proceso de identificación, esa construcción de identidad a partir de Rigo Tovar, sobrepaso lo que muchos mercadólogos y asesores de imagen pudieran aspirar hasta en sus más guajiros sueños, porque sin una sola gota de promoción, maquillaje ni publirrelacionistas, Tovar logro lo que ningún rock star, había logrado, conciertos con llenos totales y peligrosamente multitudinarios.
Al final del día llegarían cantantes con más talento, más producción, más belleza, con mucha gente detrás pero con menos gente adelante como Rigo, sería bueno recordarle eso a todos los que se creen consagrados cuando llenan el Auditorio Nacional, que no quieren que nadie les vea ni les toque siquiera con el pétalo de una rosa. Quedará para la historia Rigo Tovar, la decadencia de tan singular personaje es otra cosa, de mientras, como dice el compadre, sólo tengo que agregar:
¡PERDONAME MI AMOR POR SER TAN GUAPO!
1 comentario:
Christo Rey!
Eso de la construcciónde identidad es tu tema favorito, verdad?
Pues creo que nunca me había puesto a reflexionar sobre Rigo y tiene usted toda la razón. Los niños bonitos de ahora ya no tienen que molestarse más que por ser bonitos y agarrarse (o dejarse agarrar por) un buen representante que les arme todo el show mediático. Es de admirarse todo lo que Rigo logró con esa carita suya, tan, pero tan fea xD.
Sí, querido mío, así se escribe Justin Timberlake, jeje.
Luego me leeré la entrada de arribita, por ahora debo dormir, no sin antes decir que es súper diveritod y entretenido leerte.
Saludillos!
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